noviembre 02 de 2009.
Entrevistada por el CLAM, Nelly Rosa Caro Luján, coordinadora de proyectos de la Red Iberoamericana Libertades Laicas, señala que las acciones en materia de derechos sexuales y reproductivos llevadas a cabo por el gobierno mexicano aún mantienen una censura con respecto al derecho al placer y el respeto a la diversidad sexual.
Nelly Rosa Caro Luján es profesora investigadora de El Colegio Mexiquense y autora del artículo “Laicidad y derechos sexuales y reproductivos de adolescentes en el México actual”, publicado en el libro Memorias del Primer Seminario Internacional Fomentando el Conocimiento de las Libertades Laicas, texto editado en 2008 por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Red Libertades Laicas Perú y el Colegio Mexiquense, el cual próximamente estará en línea en la página electrónica de la Red Iberoamericana Libertades Laicas. Para la académica, uno de los principios de la laicidad es la libertad de conciencia y la lucha por la igualdad y no discriminación.
La libertad de conciencia posibilita que cada persona tenga derecho de pensar y actuar en consecuencia, al margen de las regulaciones religiosas, respetando el derecho de los demás. La defensa de la libertad de conciencia es una garantía del respeto de los derechos sexuales y reproductivos.
En 16 estados de México se han aprobado leyes que están “a favor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural”. Son leyes que pretenden blindarse de la interrupción legal del embarazo (ILE). Asimismo, hay políticas públicas y gobiernos contrarios al Estado laico, ¿qué está ocurriendo en el país?
En realidad estos cambios constitucionales que se han aprobado en 16 estados han sido producto de una reacción de partidos conservadores en connivencia con algunos sectores de la jerarquía de la Iglesia católica en México, a fin de evitar que lo que ha pasado en el Distrito Federal, la aprobación de la ILE, pueda ocurrir en otros estados.
Creo que esos cambios constituyen un grave revés a los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y jóvenes de los sectores sociales más desfavorecidos de nuestro país. Las mujeres con mejores recursos socioeconómicos para hacerlo, lo hacen en mejores condiciones sanitarias. Sin embargo, las mujeres pobres, con dificultades para el acceso a mejores servicios, recurren a métodos caseros o van a lugares con condiciones sanitarias inadecuadas y mueren en el aborto, siendo una de las causas de la mortalidad materna en este país.
Creo que es un gran golpe al proceso de consolidación de la defensa de los derechos sexuales y reproductivos y también a la laicidad del Estado, ya que las leyes tienen que proteger los derechos de las mujeres, de las minorías sexuales, derechos que son reconocidos en pactos internacionales y refrendados por los gobiernos mexicanos, y que además tienen detrás un proceso histórico de construcción de derechos humanos.
En la medida que estos cambios legislativos los afectan, tendría que interponerse una acción de inconstitucionalidad. ¿Qué tan sintomático es que un gobierno recorte los contenidos de sexualidad en un libro de texto avalado por la ciencia como ocurrió recientemente en el estado de Guanajuato? Es un ejemplo claro de cómo la laicidad de las políticas públicas es vulnerada, tratando de darle vuelta a lo que se ha aprobado a nivel federal, un libro con contenidos referidos a educación sexual para todo el país.
Estas acciones tratan de eludir la información científica que necesitan nuestros adolescentes y jóvenes que están en un proceso de construcción de identidades sexuales, de construcción de sus prácticas sexuales, que necesitan información científica valedera, sin tapujos morales, con valores que tomen en cuenta la diversidad sexual y las distintas opciones que tienen ellos para ejercer su sexualidad.
Desde una moral religiosa particular que restringe la sexualidad a la reproducción se les coarta la posibilidad de tener esa información científica, posibilitando el incremento de infecciones de transmisión sexual y embarazos adolescentes no deseados. ¿Qué marco de acción tienen los jóvenes y adolescentes hoy para poder ejercer sus derechos sexuales y reproductivos con libertad? En el país existen leyes que protegen sus derechos, como la Ley general de Salud, la Ley General de Población, la Ley de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. También hay servicios de salud para jóvenes a nivel federal.
Asimismo, se aprobó la Anticoncepción Oral de Emergencia (AOE) en la Norma Oficial Mexicana.Existen leyes y programas para facilitar este tipo de atención a los/as jóvenes; pero son escasos, hay barreras en la atención, tampoco hay la suficiente provisión de la AOE. En algunos casos, se les pide que vayan acompañados de sus padres; a pesar que hay una legislación que favorece esta atención a los jóvenes.
Otra de las barreras es que muchos funcionarios públicos no están capacitados en género y derechos sexuales y reproductivos. La atención a los jóvenes está orientada al riesgo: “deben usar condón para evitar el VIH y las mujeres, métodos para no embarazarse”, pero no una información más amplia referida al disfrute de la sexualidad, al placer, del respeto de uno y otro. Se genitaliza la atención a la salud sexual y reproductiva y no se habla de todo lo que significa la sexualidad, que no es sólo la genitalidad, sino también el placer, el conocimiento del otro, la comunicación, la toma de decisiones, la autoestima, toda una serie de procesos involucrados en el ejercicio de la sexualidad de los y las jóvenes. ¿El placer está censurado en las políticas públicas? No aparece, está omitido el placer y la diversidad. Se habla sólo de relaciones heterosexuales, no de relaciones homosexuales ni diversidades sexuales. Asimismo, la mayor cantidad de políticas no distingue entre jóvenes urbanos y rurales, sin considerar que el mayor desconocimiento sobre sexualidades y la mayor cantidad de embarazos no deseados se da en zonas indígenas.
Los programas, en su mayoría, están orientados a jóvenes urbanos, tanto programas radiales como de las organizaciones no gubernamentales (ONG). Están concentrados en las zonas urbanas y menos en las zonas rurales, en donde hay mayor vulnerabilidad, menos acceso a información y a recursos.
En el artículo “Laicidad y derechos sexuales y reproductivos de adolescentes en el México actual” sostienes que se necesita más la formación que la mera información. ¿En qué consiste este argumento? Vemos que lo que se trata de dar en algunos textos es información pero no formación, muchas veces porque los educadores, los maestros tampoco tienen esa formación, ni tampoco los padres. Los jóvenes se forman con los medios de comunicación, donde uno es el objeto de placer del otro. No son sujetos comunicándose, intercambiando placeres, sino siendo uno objeto del otro. Los jóvenes se “forman” con los contenidos de la televisión, con las películas pornográficas, con la información que se puedan dar entre ellos. ¿Cuáles son los programas gubernamentales y de las ONG´s que existen en materia de derechos sexuales y reproductivos de las y los jóvenes?
A nivel nacional se han dado varios esfuerzos por tratar de atender a adolescentes. Por ejemplo, en el 2001 se creó el Centro Nacional de Atención de Salud del Adolescente a nivel de la Secretaria de Salud(SSA). En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tienen un programa de atención al adolescente llamado Desarrollo Integral del Adolescente (DIA) y también Centros Rurales de Atención al Adolescente (CARA). Asimismo las ONG han hecho un trabajo encomiable a nivel de todo el país. Por ejemplo, la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam), en su programa Gente Joven, que se ubica en 51 lugares de la República. También está el Centro de Orientación para l@s Adolescentes (CORA).
En el DF existían los módulos “En buen plan”. Sin embargo, junto a estos esfuerzos, también hay muchas deficiencias, debido a pocos recursos económicos para proveer de métodos anticonceptivos y también de información en derechos, no sólo de prevención de riesgos, sino de formación en derechos. Estos programas no están articulados. Tampoco hay cultura de evaluación de las políticas públicas, entonces se evalúa muy poco a estos programas y no hay modo de retroalimentar y modificar lo que no está funcionando.
¿Conocen los jóvenes la Cartilla de los Derechos Sexuales y Reproductivos? No conocen esta cartilla, y eso que ya tiene algunos años de circular en este país. No tiene la difusión suficiente, y no es sólo entregar la cartilla sino trabajar el tema, el significado de cada uno de los derechos y puesta en discusión entre los jóvenes y los maestros, pero a veces también algunos padres de familia se oponen. Entonces hay un problema en la laicidad de las políticas públicas y en la secularización de la sociedad, o sea en la mentalidad que tenemos en buena parte de la sociedad acerca de la sexualidad como tema tabú que no se debe abordar con los y las jóvenes.
¿Hasta dónde ha permeado la política del Vaticano en las políticas públicas de México y en Latinoamérica y el Caribe? En la última Encuesta Nacional de Juventud del 2005 en México, 85% de los jóvenes declaraba que era católico, pero sólo 45% era practicante, y un 78% creía que la religión no tenía que intervenir en las normas relativas a la sexualidad. Se da la paradoja de que por un lado hay una secularización de la sociedad; y por el otro, las leyes y políticas públicas siguen influidas por valores morales religiosos en América Latina. Por ejemplo, en Brasil se aprueba el Concordato con el Vaticano; en Nicaragua se ha penalizado totalmente el aborto; Ecuador ha permitido introducir la defensa de los derechos sexuales y reproductivos y el Estado laico en la Constitución, pero firma un convenio de evangelización en las zonas indígenas de la selva. En Bolivia, se firma un convenio con la Iglesia Católica para obras educativas y enseñanza religiosa; y Costa Rica es un estado confesional, aunque ya se han presentado propuestas para cambiar esto.Vemos entonces que El Vaticano permea mucho en las leyes y políticas públicas, y que además, los políticos no sólo de derecha, sino también de izquierda, que están en el poder, en la búsqueda de conseguir más votos y de buscar su legitimidad en fuentes religiosas, se olvidan de la defensa de las minorías, de las mujeres más pobres, permitiendo la influencia de la jerarquía católica. Es preocupante a nivel de la región porque hay avances como la despenalización del aborto en el Distrito Federal, pero vemos retrocesos como los cambios en las constituciones de los 16 estados de la República para defender la vida “desde la concepción hasta la muerte natural”, y los otros cambios en América Latina que suponen un retroceso para el Estado laico. No estamos en contra de las creencias religiosas de las personas, ni en contra de las religiones, sino que estamos a favor de la igualdad de todas las religiones y la libertad de creencias. Tampoco estamos en contra de las creencias particulares de cada persona, sino que nos parece que los funcionarios públicos que han sido elegidos con el voto del pueblo no deben dejar interferir, en sus decisiones o en la formulación de leyes, sus perspectivas religiosas privadas, en contra de lo que quieren sus votantes, en contra de lo que quiere su sociedad, en contra de lo que su gobierno ha firmado en convenios internacionales de defensa de derechos. Tenemos que reclamar a nuestros políticos electos con nuestros votos que legislen no en función de sus creencias particulares, sino del interés público.
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