Unos geólogos planetarios de la Universidad Brown han encontrado un sistema de canales fluviales con barranco y abanicos aluviales en Marte. Esta estructura se formó hace tan sólo 1,25 millones de años. El sistema de canales fluviales ofrece una contundente evidencia de que fue formado por el agua de deshielo procedente de depósitos cercanos de hielo y nieve, en lo que representa el período más reciente conocido durante el que el agua fluyó en el planeta.
Se sabe que los barrancos de Marte son característicos de superficies jóvenes. Pero los científicos que estudian el planeta se han esforzado en localizar barrancos que pudieran ser fechados de manera concluyente. Samuel Schon y su equipo han podido por fin fechar a uno con sus estructuras geológicas asociadas, y ello les ha conducido a lanzar una hipótesis sobre la presencia del agua allí.
El sistema fluvial muestra cuatro intervalos en los cuales los sedimentos arrastrados por el agua fueron llevados hacia abajo por las empinadas laderas cercanas y depositados en abanicos aluviales.
El hallazgo se ha hecho poco después de los descubrimientos de minerales acuíferos tales como ópalos y carbonatos, el último de los cuales fue hecho público por Bethany Ehlmann (de la Universidad Brown) hace unos meses. Esos descubrimientos agregan evidencias de que Marte estuvo ocasionalmente húmedo durante mucho más tiempo del que bastantes científicos creían, y que el planeta tuvo un medio ambiente húmedo y cálido en algunos lugares durante su larga historia.
Sin embargo, el descubrimiento de un sistema de barranco y abanicos aluviales que albergó flujos de agua hace tan sólo 1,25 millones de años, extiende enormemente el tiempo en que el agua pudo haber estado activa en Marte. También aporta una prueba adicional de una edad de hielo reciente en el planeta, registrada cuando el hielo polar, según se cree, fue transportado hacia el ecuador y ubicado en depósitos de latitudes medias.
El sistema fluvial está situado en el interior de un cráter en Promethei Terra, una zona de tierras altas notablemente craterizadas ubicada en las latitudes medias del hemisferio sur. Cada uno de los canales al este y al oeste del barranco se extiende a lo largo de algo menos de un kilómetro desde sus fuentes en las cuevas abiertas de las paredes del barranco, hasta el depósito del abanico aluvial.
Visto de lejos, el abanico aluvial aparece como una única estructura de varios cientos de metros de ancho. Pero acercándose a ella con la cámara del sistema HiRISE a bordo del Mars Reconnaissance Orbiter, Schon fue capaz de distinguir cuatro lóbulos individuales en el abanico aluvial y dedujo que cada lóbulo fue depositado por separado. Más aún, Schon pudo identificar el lóbulo más viejo, porque está acribillado con cráteres pequeños, mientras que los otros lóbulos no presentan esta pauta, significando ello que deben ser más jóvenes.
Schon relacionó los cráteres en el lóbulo más viejo con un cráter que muestra rayas que se extienden radialmente desde su centro, y ubicado a más de 80 kilómetros hacia el sudoeste. Usando técnicas bien establecidas, Schon calculó la edad del cráter rayado en aproximadamente 1,25 millones de años, y así estableció una edad máxima para los lóbulos superpuestos y más jóvenes del abanico aluvial.
El equipo determinó que los depósitos de hielo y nieve se formaron en las citadas cuevas abiertas en un momento en que Marte tenía una alta oblicuidad (su era glacial más reciente) y el hielo se fue acumulando en las regiones de latitudes medias. En algún momento, hace alrededor de medio millón de años, la oblicuidad del planeta cambió, y el hielo en las latitudes medias comenzó a derretirse, o, en la mayoría de los casos, pasó directamente a vapor.
Se sabe que los barrancos de Marte son característicos de superficies jóvenes. Pero los científicos que estudian el planeta se han esforzado en localizar barrancos que pudieran ser fechados de manera concluyente. Samuel Schon y su equipo han podido por fin fechar a uno con sus estructuras geológicas asociadas, y ello les ha conducido a lanzar una hipótesis sobre la presencia del agua allí.
El sistema fluvial muestra cuatro intervalos en los cuales los sedimentos arrastrados por el agua fueron llevados hacia abajo por las empinadas laderas cercanas y depositados en abanicos aluviales.
El hallazgo se ha hecho poco después de los descubrimientos de minerales acuíferos tales como ópalos y carbonatos, el último de los cuales fue hecho público por Bethany Ehlmann (de la Universidad Brown) hace unos meses. Esos descubrimientos agregan evidencias de que Marte estuvo ocasionalmente húmedo durante mucho más tiempo del que bastantes científicos creían, y que el planeta tuvo un medio ambiente húmedo y cálido en algunos lugares durante su larga historia.
Sin embargo, el descubrimiento de un sistema de barranco y abanicos aluviales que albergó flujos de agua hace tan sólo 1,25 millones de años, extiende enormemente el tiempo en que el agua pudo haber estado activa en Marte. También aporta una prueba adicional de una edad de hielo reciente en el planeta, registrada cuando el hielo polar, según se cree, fue transportado hacia el ecuador y ubicado en depósitos de latitudes medias.
El sistema fluvial está situado en el interior de un cráter en Promethei Terra, una zona de tierras altas notablemente craterizadas ubicada en las latitudes medias del hemisferio sur. Cada uno de los canales al este y al oeste del barranco se extiende a lo largo de algo menos de un kilómetro desde sus fuentes en las cuevas abiertas de las paredes del barranco, hasta el depósito del abanico aluvial.
Visto de lejos, el abanico aluvial aparece como una única estructura de varios cientos de metros de ancho. Pero acercándose a ella con la cámara del sistema HiRISE a bordo del Mars Reconnaissance Orbiter, Schon fue capaz de distinguir cuatro lóbulos individuales en el abanico aluvial y dedujo que cada lóbulo fue depositado por separado. Más aún, Schon pudo identificar el lóbulo más viejo, porque está acribillado con cráteres pequeños, mientras que los otros lóbulos no presentan esta pauta, significando ello que deben ser más jóvenes.
Schon relacionó los cráteres en el lóbulo más viejo con un cráter que muestra rayas que se extienden radialmente desde su centro, y ubicado a más de 80 kilómetros hacia el sudoeste. Usando técnicas bien establecidas, Schon calculó la edad del cráter rayado en aproximadamente 1,25 millones de años, y así estableció una edad máxima para los lóbulos superpuestos y más jóvenes del abanico aluvial.
El equipo determinó que los depósitos de hielo y nieve se formaron en las citadas cuevas abiertas en un momento en que Marte tenía una alta oblicuidad (su era glacial más reciente) y el hielo se fue acumulando en las regiones de latitudes medias. En algún momento, hace alrededor de medio millón de años, la oblicuidad del planeta cambió, y el hielo en las latitudes medias comenzó a derretirse, o, en la mayoría de los casos, pasó directamente a vapor.
Percival Lowell fue quién popularizó la idea previamente concebida por Giovanni Schiaparelli de que en Marte existían canales. Pero no cualquier canal sino canales rectos, perfectos que cruzaban incluso de polo a polo, por lo que dedujo que debían ser indicios de una civilización muy avanzada moribunda. Hubo un gran revuelo y luego de muchas observaciones por otros astrónomos y por falta de evidencia se desechó y se dejó el tema en paz.
ResponderEliminarAhora con los nuevos equipos de telescopios y cámaras se puede tener acceso a detalles que ni Lowell soñó. Un claro ejemplo son estos canales y abanicos deltaicos que se han descubierto, así como demás estructuras geológicas que son evidencia de que en un pasado relativamente reciente hubo actividad fluvial en Marte. No hubo civilizaciones antiguas, pero el hecho de poder reconocer procesos naturales que ocurren tanto allá como en nuestro planeta, da pauta para la geología planetaria comparada o sedimentología planetaria. Eso es algo que me deja sin aliento y me parece fascinante.