El Universal
Lunes 08 de marzo de 2010
14:28
LONDRES, Ing.- No hay nada inusual en la serie de terremotos que en las últimas semanas han sacudido Haití, Chile y ahora Turquía, según los sismólogos.
Para ellos, aun cuando un fuerte sismo puede aumentar el riesgo de movimientos telúricos en otros lugares, la reciente serie de terremotos es probablemente una coincidencia. Agregaron que la devastación demuestra cómo la creciente edificación de ciudades en fallas sísmicas puede conllevar a muertes masivas.
"Puedo decir definitivamente que el mundo no se está acabando'", dijo Bob Holdsworth, un experto en placas tectónicas de la Universidad de Durham.
Bernard Doft, sismólogo del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos, asegura que no hay una conexión directa entre los mortales terremotos que han golpeado a Haití, Chile y Turquía.
"Estos hechos están muy lejos como para tener una influencia directa entre ellos", dijo el experto.
En el caso de Haití, el terremoto ocurrió en una falla geológica que no había experimentado grandes movimientos en 250 años, pero Chile y Turquía sí tienen un historial de sismos devastadores.
"Es por casualidad que ocurrieron aproximadamente al mismo tiempo", agregó Doft.
El terremoto de este lunes en Turquía tuvo una magnitud de 6.6. En promedio, ocurren 134 sismos anualmente con magnitudes entre 6 y 6.9 grados Richter, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).
Este año empezó con intensidad, pues ya se han registrado 40, más que en la mayoría de los años para este período de tiempo, pero la alta cifra se debe a que el terremoto de magnitud 8.8 en Chile generó un gran número de réplicas fuertes y tanto movimiento, tan temprano en el año, sesgó el panorama, dijo el sismólogo del USGS, Paul Earle.
"Los años con grandes terremotos son más propensos a tener en general un elevado movimiento sísmico", dijo Earle.
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