lunes, 19 de abril de 2010

la Iglesia y la defensa de sus abusos sexuales

El siguiente escrito lo saqué de un blog del Universal, chéquenlo y a ver qué opinan...

Campos Elíseos

por Katia D´Artigues

En las últimas semanas, la jerarquía católica, nacional e internacional, ha salido en defensa, o eso ha intentando, de los sacerdotes acusados de abuso sexual en el mundo. A la par de una aceptación a medias de los delitos, también están las justificaciones. En México, van desde el clima tan erotizado en el que vivimos, hasta la educación que imparte la SEP. A nivel internacional, hay que destacar las duras críticas hacia el Papa Benedicto XVI, y su falta de acción ante la ola de acusaciones en todo el mundo.

Pocas veces hemos visto una crítica tan fuerte en contra de los líderes de la iglesia católica ante la pasividad para reaccionar ante el gran número de denuncias contra sacerdotes.

En Febrero de este año, el Papa Benedicto XVI intentó parar la ola de acusaciones en contra de la iglesia que él dirige. Calificó a la pederastia como un “crimen atroz, pecado y una herida a la dignidad de la persona humana”.

Apenas el viernes pasado, el teólogo Hans Küng, quien fuera compañero de Benedicto XVI y con quien tuvo un alejamiento de varias décadas, dio a conocer una carta a todos los obispos católicos del mundo, a fin de, literalmente, sacudirlos para lograr una reforma al interior de la iglesia.

Desmenuza lo que él considera errores del Papa Benedicto XVI, de quien fue su compañero, y da alternativas para lograr un giro al interior del Vaticano:

–Ha reforzado los poderes eclesiales contrarios al Concilio con el nombramiento de altos cargos anticonciliares (en la Secretaría de Estado y en la Congregación para la Liturgia, entre otros) y obispos reaccionarios en todo el mundo.

También recuerda que, a espaldas de los feligreses, realiza misas en latín.

Además enumera seis medidas con las cuales considera que podría terminar la crisis por la que atraviesa el catolicismo, entre ellas, los abusos sexuales y el debate por mantener el celibato. Ante esto, él propone:

–Un problema especialmente espinoso, como sabéis, es la ley del celibato, proveniente de la Edad Media y que se está cuestionando con razón en todo el mundo precisamente en el contexto de los escándalos por abusos sexuales. Una modificación en contra de la voluntad de Roma parece prácticamente imposible. Sin embargo, esto no nos condena a la pasividad: un sacerdote que tras madura reflexión piense en casarse no tiene que renunciar automáticamente a su estado si el obispo y la comunidad le apoyan. Algunas conferencias episcopales podrían proceder con una solución regional, aunque sería mejor aspirar a una solución para la Iglesia en su conjunto.

Eso en torno al Vaticano. Pero en el caso de la iglesia mexicana, desde sus filas se han dado justificaciones de la propia omisión para atender las denuncias de abuso sexual. Por ejemplo, el Obispo de Saltillo, Raúl Vera, consideró que la reacción de la iglesia fue como si consideraran que los curas pederastas sufrían de una “gripita y a lo mejor se les iba a quitar”, y dejaron avanzar el problema.

Pero también hubo voces que buscaron a quién culpar sobre la forma en que actuaron algunos sacerdotes.

Tenemos el caso del obispo Felipe Arizmendi, quien entre otras razones, justificó al ambiente tan erotizado en el que vivimos, para que los curas abusen de menores. Se los dejo textual:

–Es muy difícil, a veces, para un sacerdote mantenerse casto y célibe cuando hay tanto incentivo en sentido contrario…La misma liberalidad sexual que ha habido en el mundo en general sí ha como disminuido las fuerzas morales con las que nosotros tratamos de educar a los jóvenes en los seminarios, porque ante tanta invasión de erotismo no es fácil, a veces, mantenerse fiel tanto en el celibato como en el respeto a los niños.

Pero eso no fue todo. Sino que incluso culpó a la Secretaría de Educación Pública por la formación que da a los estudiantes, y el "libertinaje sexual" que esto implica. En serio:

–Si la SEP sólo da información sexual genital, esto propicia un ambiente de que la persona, al saber más, cómo hacer y cómo dejar de hacer las cosas y sus consecuencias, obviamente se crea un mecanismo de libertinaje sexual. No que lo esté propiciando directamente, pero se favorece un ambiente porque no hay una educación moral ahí en los libros de texto.
¡¿Qué tal?!

No podemos olvidar que en diciembre del 2007, Bernardo Álvarez, Obispo de Tenerife incluso dijo que eran los niños los que “provocaban” a los sacerdotes.

Volviendo a México, recordaremos que hace unos días, se dio a conocer que desde el 2001, en el Vaticano se habían abierto 100 procesos canónicos contra igual número de sacerdotes mexicanos acusados de abuso sexual hacia menores.

Entre ellos, está el expediente de Marcial Maciel –del cual Ratzinger tuvo conocimiento cuando fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Además de este proceso de abuso sexual y del conocimiento público reciente de su doble vida (tenía 2 familias) la Legión de Cristo actualmente se encuentra bajo una investigación del Vaticano.

En marzo pasado, la Conferencia del Episcopado Mexicano pidió perdón a las víctimas de abuso sexual, en un documento titulado “Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna”.

–Nos reconocemos como comunidad de pobres pecadores y al mismo tiempo que nos acogemos a la misericordia de Dios, de la misma manera que nuestros hermanos obispos lo hicieran en otro tiempo, «pedimos perdón a todos»33 los hombres y mujeres que se han visto escandalizados por las incoherencias del testimonio sacerdotal. Somos conscientes que cuando falta un verdadero testimonio de vida cristiana, en la vida ministerial, en la conducta moral y en el compromiso social, se propicia el debilitamiento de la fe, velando, más que revelar «el genuino rostro de Dios y de la religión.

Claro que este es solo un ejemplo de nuestro país, porque actualmente hay acusaciones en varios países.

También, desde hace unos días, Hans Küng, consideró necesario convocar a un nuevo sínodo, a fin de analizar la crisis por la que atraviesa la iglesia católica, la más grave en las últimas décadas, y realizar las reformas que se requieren para retomar su esencia.

Desde Europa, para ser más específicos desde el mismo Vaticano, Tarciso Bertone, su secretario de Estado, se ganó la crítica de la comunidad homosexual, al aventarse la puntada de comentar que la pederastia estaba ligaba a la homosexualidad:

– Muchos sicólogos, muchos siquiatras, han demostrado que no hay relación entre celibato y pedofilia (sic), pero muchos otros han demostrado, y me han dicho recientemente, que hay relación entre homosexualidad y pedofilia.

En medio de esta defensa, tenemos el caso de Armando Martínez Gómez, presidente del Colegio de Abogados Católicos, quien como buen litigante quiero pensar, salió en defensa de los curas y dijo que los abusos sexuales no solo se presentan en la iglesia, sino al interior del núcleo familiar. Por lo que consideró que no hay que juzgar solo a los sacerdotes.

Apenas el fin de semana pasado, Benedicto XVI realizó una visita a Malta. Ahí, 8 personas, víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes se reunieron con él, para exponerle su situación. Sin dejar de mencionar los casos en Irlanda, Alemania (registrados en escuelas religiosas dirigidas por Georg Ratzinger, hermano de Benedicto XVI) y Noruega, solo por mencionar algunos.

Ante ellos, el máximo jerarca de la iglesia católica se comprometió a analizar los casos, investigar las denuncias y de ser necesario, a los acusados llevarlos a la justicia penal. ¿Lo logrará?

¿Se les hace lógica esta defensa? ¿Creen que sea posible reorientar a la Iglesia católica? Si es así, cómo? ¿Consideran que sin el celibato se terminarían con los abusos sexuales cometidos por sacerdotes a menores de edad? ¿Creen que sean los niños los que provocan a los sacerdotes? ¿Le dan la razón al exceso de erotismo en el que vivimos? ¿Qué opinan de la petición papal de que todos los sacerdotes sean juzgados?
Como pueden ver aquí se plantean las situaciones actuales, las supuestas "causas" o pretextos del abuso a menores y hace una serie de preguntas muy buenas sobre de cómo se debería proceder. Yo pienso que los traten sin miramientos, es verdad que no todos los sacerdotes son pedófilos, pero el caso es que muchos que no lo son los siguen encubriendo y tratan de disculparlos. Creen que con el perdón todo se arregla, dicen que la iglesia está "herida" y manchada de sus pecados. En eso estoy de acuerdo ya que está manchada con la sangre de menores inocentes que confiaron junto con sus familias en estos tipos que son personas como cualquier otra y como tales tienen sus propios demonios que ahora salen a la luz. El problema no es tener un lado oscuro, sino que se dejen llevar por el y que al hacerlo perjudiquen y destruyan la infancia de muchas víctimas que sienten que su inocencia les fue robada y arrebatada por estas personas de sotana que no se pudieron aguantar sus impulsos reprimidos al verlos.
Ahora bien me pregunto: ¿es más fuerte el impulso de satisfacer sus necesidades sexuales que su supuesta vocación, fé, oración, seminarios, preparación y todo con lo que se preparan? Si es así ¿porque mejor no se masturban? es una práctica natural y sin daño sobre todo porque no involucraría a otros. Si no le satisface eso, ¿porque no van con prostitutas? digo para eso están, prestan un servicio a una de las necesidades primarias del ser humano y no olvidemos que los sacerdotes también lo son o ¿hasta tacaños son y quieren todo gratis?, no hay que ponerles ninguna aureola o hálito de divinidad. Si así fuera, lo más apropiado sería ponerle cuernos y alas de murciélago...
No se vale, ni los niños los provocan, ni son los libros de la SEP (que no creo que Maciel los leyera hace muchos años ya que aun no existían, cuando abuso de sus propios hijos), ni el "exceso de erotismo" (aquí se ve que ni siquiera saben la diferencia entre erotismo y pornografía) o "libertinaje sexual" sean los culpables de sus atrocidades. Tienen que acaptar las consecuencias de sus actos y eso incluye ser castigados por el sistema penal con todas las de la ley.

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