Este artículo lo encontré hace como dos semanas, pero quise traducirlo y lo fuí haciendo en lapsos breves. Está muy interesante porque en cierta manera explica lo que muchos de nosotros hemos visto con regularidad en gente "moralmente superior" e incluso en nosotros mismos. También me disculpo porque en el penúltimo párrafo a pesar de haber revisado la traducción, sigue sin gustarme como quedó, no estoy seguro si sean "comerciantes de productos almacenados" y más que nada no le encuentro porqué los mencionan si es que lo son . Aun así pienso que se comprende bien la noticia. Aquí está:
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BENEDICT CAREYPublished: May 4, 2009
La mayoría de la gente es de decisión firme. Desde luego que nunca lo harían. Jamás. Deliberadamente que nunca causarían dolor a otra persona, solo para obtener información. Incluso elevar el valor artificial de algún producto financiero, solo para tomar ventaja de la ignorancia de otros. Ciertamente nunca, jamás se volverían holgazanes y aceptarían manutención por parte del gobierno.
Sólo hablan por ellos mismos, desde luego. Y en cuanto a lo que a otros concierne, bueno, enciende el noticiero: banqueros de sospechosa moralidad, interrogatorios salvajes y holgazanes por todos lados.
“Recuerdo pensar que yo era simplemente mejor que otras personas, de que nunca comprometería mis principios”, dijo Jordan LaBouff de 25 años, un estudiante graduado en Texas, recordando un alejamiento que él y otros estudiantes tuvieron con los administradores de la universidad hace algunos años.
“Bueno, me dieron este premio –la administración lo hizo- y yo había jurado que nunca tomaría nada de ellos. Pero desde luego que ahí estaba yo, sobre el escenario, aceptándolo”.
En años recientes, los psicólogos sociales han comenzado a estudiar lo que ellos llaman el efecto “más sagrado que tú”. Ellos han sabido por mucho tiempo que la gente tiende a ser optimista a sobremanera acerca de sus propias habilidades y fortunas – para sobreestimar sus posiciones en clase, su disciplina, su sinceridad.
Pero estos medios de aumentar el ego pueden ser más fuertes cuando se refiere al juicio moral, y puede influenciar enormemente en cómo la gente juzga las acciones de otros, y finalmente las propias. La cultura, las creencias religiosas y la experiencia ayudan a formar un sentido de moral establecida en una persona en relación hacia otras, según los psicólogos, y las nuevas investigaciones están ayudando a clarificar cuándo tales sentimientos de superioridad son útiles y cuándo son contraproducentes.
“El mensaje en este trabajo no es que debas deshacerte de las indignaciones morales; algunas veces es apropiado”, dice David Dunning, un psicólogo social en la Universidad de Cornell en Ithaca, N.Y. “Pero el punto es que muchos tipos de comportamiento son llevados más allá por la situación que por la fuerza de la personalidad. Lo que alguien más hizo en esa situación es una advertencia muy fuerte de lo que tú mismo podrías hacer”.
Una forma de poner a prueba si la gente vive según su auto-imagen de virtuosidad es de ponerles una trampa. En un estudio, por ejemplo, 251 estudiantes de Cornell predijeron que tan probable sería que ellos compraran un narciso en “Daffodil Days”, un evento de cuatro días en el campus a beneficio de La Sociedad Americana del Cáncer. Con certeza, 83 % predijeron que ellos mismos comprarían al menos una flor pero que solo el 56 % de sus demás compañeros lo harían.
Cinco semanas después, durante el evento, los investigadores averiguaron que sólo el 43% de los mismos estudiantes compraron en verdad el narciso. En otros experimentos, los investigadores han encontrado que la gente sobreestima su voluntad en forma muy similar a hacer lo que está moralmente bien, ya sea dar una caridad, votar o cooperar con un extraño. Al final, su predicción menos generosa acerca del comportamiento de sus congéneres, no tiende a ser para nada preciso- para sí mismos así como para otros en el estudio.
“El hueco que hay entre cómo pienso que me voy a comportar y cómo me comporto en realidad es una función de qué tan bien yo simule o imagine la situación, y nuestras simulaciones son guiadas por nuestras intenciones”, dijo Nicholas Epley, un psicólogo de la Universidad de Chicago y co- autor, junto con el Dr. Dunning en muchos de estos experimentos.
“El problema con estas estimaciones de más sagrado que tú no es sólo que sobreestimemos cómo nos hubiéramos comportado,” Dijo el Dr. Epley. “Es también que culpamos cada crisis o escándalo o fallo de carácter- ya saben, si sólo despidiéramos a los banqueros inmorales de Wall Street y reemplazarlos con otros que sean morales, se resolvería el problema”
En los experimentos como en la vida, el efecto más sagrado que tú disminuye rápidamente cuando la gente ha tenido en realidad la experiencia que juzga: las prácticas de contaduría dudosas aparentarán ser de menor moralidad sospechosa a la persona que ha tenido que poner una buena cara o levantar la reputación de una compañía que ha fallado. Y el efecto es menos pronunciado aparentemente en culturas que enfatizan la interdependencia encima de los logros personales, como China y España.
Una práctica que puede mitigar potencialmente los sentimientos de una superioridad moral es la religión. Todas las religiones principales enfatizan el valor de ser humilde y los riesgos de la arrogancia. “En la humildad toma en cuenta a otros como mejores que ti mismo”, aconseja San Pablo en su carta a los Filipenses.
Aunque para otras personas, la religión parece amplificar el instinto de sentirse como un faro o guía moral. En un estudio en 2002, los investigadores en la Universidad de Baylor en Texas y en la Universidad Simpson en California evaluaron el compromiso religioso de 249 estudiantes, 80% de los cuáles eran miembros de una iglesia.
Los investigadores, a cargo de Wade C. Rowatt de Baylor, Encontraron que los estudiantes de este grupo altamente religioso se consideraban así mismos, con casi el doble de probabilidad con respecto a sus compañeros en cuanto a cumplir mandamientos bíblicos tales como “ama a tu prójimo como a ti mismo”
El estudio también encontró que los estudiantes más estrictamente fundamentalistas se encontraron en el extremo más alto de la escala.
“Me recuerda una de mis calcomanías favoritas” dice el Dr. Epley de Chicago “Jesús te ama, pero Yo soy su favorito”.
Por todo eso, un sentimiento permanente de superioridad moral es intrínseco a lo que algunos psicólogos llaman auto-mejoría. Los llamados auto-mejorados piensan que están benditos, que son altamente apreciados por otros y que saldrán por encima de los demás. Y algunas veces lo hacen, los estudios sugieren- especialmente en las crisis del 11 de septiembre y de la guerra de Bosnia.
“A los auto-mejoradores les va muy bien, en la gráficas de mediciones de salud mental es estas situaciones”, dice George Bonnano, un psicólogo de Columbia.
“Pero en el decaimiento mundano, así como en el correr de la vida, un sentido de virtud personal intensificada puede ser también un campo minado. A los comerciantes de productos almacenados con exceso de confianza, tiende a no irles bien; así como a gente que compra demasiadas membresías de gimnasios”, dice el Dr. Dunning de Cornell. “En los ámbitos económicos, los resultados no son muy buenos.”
Todo esto sin mencionar que el andar caminando sobre un par de zapatos de plataformas morales puede hacer más difícil el levantarse una vez que se cae.